miércoles, 16 de abril de 2014

Abel Robles torero y catalán"


 

El novillero de Olot desvela todas las dificultades que supone ser torero en una comunidad donde la Fiesta está prohibida

 
Este sábado debutará con picadores en la novillada de Puebla de Alcocer un novillero catalán, Abel Robles. Natal de Olot, tiene 22 años y ha pertenecido a la Escuela Taurina de Cataluña, que se mantiene activa a pesar de la prohibición. No lo ha tenido fácil hasta llegar a dar el paso del debut. "No sólo no tenemos plaza de toros en Barcelona, tampoco en mi pueblo Olot, ni en Gerona, Figueras, Tarragona, Sant Feliu de Guíxols, Lloret de Mar... Todas esas plazas ya no están, imagínate qué oportunidades tan buenas suponían para algún novillero catalán que tenga cierto ambiente y en las que podría rodarse perfectamente", afirma el joven novillero catalán. Además, Abel añade otra serie de dificultades que supone para alguien que quiere dedicarse al toreo, ser catalán: "Tampoco tenemos ganaderías donde poder entrenar. A eso se añade otro handicap y es el ambiente que se respira porque estoy prácticamente solo, apenas hay gente del toro. Para entrenar con el maestro Serafín Marín tengo una hora de coche".
A pesar de todo ello, Abel Robles asegura sentirse orgulloso de "ser de Cataluña y aficionado a los toros. No soy ni de Olivenza ni de Castellón ni de Valencia, soy de Barcelona pero me siento torero igual. Se puede ser torero y catalán, claro".
El de Olot se encuentra actualmente en tierras sevillanas. "He estado trabajando para ahorrar dinero y poder venirme al campo. Aquí es más fácil para desplazarse a las ganaderías", matiza. Entrena junto a quien considera su maestro, una persona trascendental en su lucha y un gran apoyo moral, Serafín Marín, a quien quiere "como a un hermano. Él me ha abierto las puertas de su casa y me ha llevado al campo con él. Pero lo que más valoro de todo, es que me ha aportado sus conocimientos, los que él ha adquirido a través de cornadas y mucho sufrimiento".
Abel Robles se siente "preparado y muy mentalizado" para dar este paso. Atrás quedan un buen puñado de novilladas sin picadores en las que ha participado tanto en España como en Francia gracias al hermanamiento de la escuela catalana con el Centro de Tauromaquia francés de Nimes. "Tengo ganas e ilusión y ahora, lo que hay que hacer es hablar en la plaza porque sé que es allí donde me tengo que ganar los contratos tarde tras tarde".

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